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Memoria
Todos idealizamos nuestros recuerdos de la infancia. El mío es abstracto, recoge la luz del sol, su calor sobre la piel, el mar, las rocas, el murmullo acompañando siempre, el agua transparente, horas, una rutina, el verano.
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Memoria
Todos idealizamos nuestros recuerdos de la infancia. El mío es abstracto, recoge la luz del sol, su calor sobre la piel, el mar, las rocas, el murmullo acompañando siempre, el agua transparente, horas, una rutina, el verano.
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Memoria
Todos idealizamos nuestros recuerdos de la infancia. El mío es abstracto, recoge la luz del sol, su calor sobre la piel, el mar, las rocas, el murmullo acompañando siempre, el agua transparente, horas, una rutina, el verano.
rotar vista
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Los erizos de mar son especiales, tienen púas hacia fuera, todas con rótulas independientes; con ellas se mueven y se defienden. Tienen diminutas perforaciones alineadas a lo largo de las bóvedas de su caparazón. Yo pensaba que eran sus ojos, pero resulta que no tienen. Su boca está debajo, en el centro. Se pescan con una red y se vacían. Nunca los probé. Se quitan las púas, se lavan y se dejan secar. El resultado eran sus increíbles esqueletos; morados, verdes, azules, marrones, oscuros, claros, estriados cada uno de una forma determinada. Por fuera rugosos. Llenos de pequeñas montañas alineadas formando gajos y alternando perforaciones en hileras. Por dentro es aún mejor. Una superficie lisa nacarada, con todos los colores. Tan fino como un encaje. Colocando el erizo sobre tu ojo, como un catalejo, aparece la cúpula con óculos por donde entra la luz, y cambia la escala.
Los erizos de mar son especiales, tienen púas hacia fuera, todas con rótulas independientes; con ellas se mueven y se defienden. Tienen diminutas perforaciones alineadas a lo largo de las bóvedas de su caparazón. Yo pensaba que eran sus ojos, pero resulta que no tienen. Su boca está debajo, en el centro. Se pescan con una red y se vacían. Nunca los probé. Se quitan las púas, se lavan y se dejan secar. El resultado eran sus increíbles esqueletos; morados, verdes, azules, marrones, oscuros, claros, estriados cada uno de una forma determinada. Por fuera rugosos. Llenos de pequeñas montañas alineadas formando gajos y alternando perforaciones en hileras. Por dentro es aún mejor. Una superficie lisa nacarada, con todos los colores. Tan fino como un encaje. Colocando el erizo sobre tu ojo, como un catalejo, aparece la cúpula con óculos por donde entra la luz, y cambia la escala.
Los erizos de mar son especiales, tienen púas hacia fuera, todas con rótulas independientes; con ellas se mueven y se defienden. Tienen diminutas perforaciones alineadas a lo largo de las bóvedas de su caparazón. Yo pensaba que eran sus ojos, pero resulta que no tienen. Su boca está debajo, en el centro. Se pescan con una red y se vacían. Nunca los probé. Se quitan las púas, se lavan y se dejan secar. El resultado eran sus increíbles esqueletos; morados, verdes, azules, marrones, oscuros, claros, estriados cada uno de una forma determinada. Por fuera rugosos. Llenos de pequeñas montañas alineadas formando gajos y alternando perforaciones en hileras. Por dentro es aún mejor. Una superficie lisa nacarada, con todos los colores. Tan fino como un encaje. Colocando el erizo sobre tu ojo, como un catalejo, aparece la cúpula con óculos por donde entra la luz, y cambia la escala.
vista exterior
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